sábado, 11 de abril de 2009

Hijos no, perros y gatos.

No me gustan los pañales, nunca me gustaron los pañales, soy "pañalofobica", y solo por los pañales decidí no tener hijos. Pero lo que son las vueltas de la vida, carajo, que hay cosas de las que no podemos escaparnos. Es indignante mira, basta con proponerse no tener que cambiar un pañal en la vida que Zas! ahí viene la gata de una a agarrarse no se que peste purulenta y hay que ponerle pañales para que no la desparrame por toda la casa. Cosa 'e mandinga, o lección de vida. Ya lo dijo el maestro Oogway: "lo que hagas para evitar tu destino puede ser la causa de que suceda" o algo así...

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